Más de 140 delegaciones juveniles, reunidas bajo el paraguas de la ONU, han redactado un documento de recomendaciones en la 14.ª edición del Foro de la Juventud de la UNESCO, que integra justicia social, biodiversidad y transición justa y ecológica. Este texto se presenta en un momento decisivo para la UNESCO, que enfrenta cambios estructurales y directivas en un contexto internacional que retrocede en protección medioambiental y lucha contra el cambio climático.
En el documento elaborado por los jóvenes, se destaca que ningún aspecto de la vida humana está a salvo de las consecuencias de la actual crisis climática que afecta al mundo entero. Esto, a pesar de lo que sostienen los negacionistas.
UNESCO y los jóvenes
La juventud mundial ha demostrado su capacidad de diálogo y compromiso en la 14.ª edición del Foro de la Juventud de la UNESCO, celebrado los días 27 y 28 de octubre en Samarcanda. Delegaciones de más de 140 países alcanzaron un consenso histórico: un documento de recomendaciones que integra la transición justa con la biodiversidad, en un momento clave para el futuro de la organización y del planeta.
Alejandro Quecedo, representante de la juventud española en este encuentro que precede a la 43.ª Conferencia General de la UNESCO (30 de octubre–13 de noviembre), expresó: “Estamos muy satisfechos de haber logrado articular biodiversidad y transición justa dentro del documento. Fue fruto de una negociación intensa, hasta bien entrada la madrugada, pero llegamos al consenso”, destacando este acuerdo como el principal logro del foro.
El acuerdo alcanzado por los jóvenes líderes envía un mensaje de esperanza y renovación democrática. “Haber logrado un consenso entre más de 140 países demuestra que el multilateralismo sigue vivo, que es más necesario que nunca y que hay motivos para la esperanza”, afirmaron los participantes.
Claves del documento
El documento recoge seis áreas clave de recomendación para guiar la acción climática global:
- Involucración joven en la gobernanza y la acción climática.
- Hacia una educación ecológicamente consciente.
- Innovación joven para catalizar la transición ecológica.
- Transformación digital, tecnología y acción climática.
- Salud, resiliencia y bienestar comunitario frente a los impactos climáticos.
- Saberes y patrimonio para la acción climática.
Estas líneas resumen la visión de una juventud que reclama soluciones integradas, interdisciplinarias y justas ante una crisis climática que se intensifica y afecta a todos los ámbitos de la vida.
La conclusión del foro llega en un momento estratégico para la UNESCO, que enfrenta un nuevo ciclo institucional con el cambio de su Secretaría General y la revisión de su presupuesto. En este contexto, el documento juvenil se erige como una hoja de ruta ética y transversal que refuerza los tres pilares de la organización: Educación, Ciencia y Cultura.
El texto reconoce que ningún ámbito de la vida humana ni del patrimonio mundial queda al margen de la crisis climática. Según la UNESCO, uno de cada tres sitios Patrimonio de la Humanidad podría verse amenazado por el cambio climático, una realidad que “pone en riesgo no solo nuestro futuro, sino también nuestro pasado”.
El documento aprobado en Samarcanda será remitido a las comisiones nacionales de la UNESCO, encargadas de traducir las recomendaciones en compromisos y políticas concretas en cada país. “Hemos hecho nuestra parte. Ahora corresponde a las instituciones nacionales dar continuidad a este trabajo y garantizar que la acción climática se construya desde la justicia social y el respeto a la biodiversidad”, concluyó Quecedo.
“Los ecologistas hemos apostado por la juventud y por este órgano de gobierno como motor del cambio hacia una transición justa. Ver a nuestros jóvenes liderando y alcanzando consensos internacionales en defensa de la biodiversidad es un orgullo inmenso, tanto como organización como ciudadana”, expresó Asunción Ruiz.
Desde hace más de 25 años, el Foro de la Juventud constituye una plataforma mundial única donde jóvenes actores del cambio se conectan, intercambian ideas e influyen en las políticas y programas de la UNESCO y de sus Estados Miembros.
Este documento, aprobado en la ciudad uzbeca de Samarcanda, será remitido a las comisiones nacionales de la UNESCO, donde será traducido para luego hacerlas llegar a cada uno de los países de la ONU.
